Con la llegada de septiembre comienza la veda de la merluza común, un recurso esencial para la pesca artesanal y para la alimentación de miles de familias en Chile.

Durante este mes queda prohibida la extracción y comercialización en fresco de esta especie, con el objetivo de resguardar su ciclo reproductivo y otorgar un respiro a una pesquería que lleva más de una década en estado de sobreexplotación.
Desde la Corporación Nacional de Mujeres de la Pesca Artesanal de Chile subrayamos la importancia de reforzar las medidas de protección para garantizar la sustentabilidad de este recurso y la continuidad del trabajo en las comunidades costeras.
En esa línea, destacamos tres acciones urgentes:
- Extender los períodos de veda, para asegurar una recuperación efectiva de la especie.
- Fiscalizar la cadena de comercialización, con el fin de frenar la pesca y venta ilegal.
- Restringir la pesca de arrastre, una práctica que daña gravemente los ecosistemas marinos.
Cuidar la merluza no solo significa proteger un recurso marino clave, sino también defender el sustento de miles de familias, la seguridad alimentaria del país y el futuro de las próximas generaciones.
Porque sin recursos marinos no hay pesca artesanal, y sin pesca artesanal no hay vida digna para nuestras comunidades costeras.